domingo, 25 de junio de 2017

Me extraño...

Extraño la persona que fui hace unos años, esa que se ilusionaba por todo, que sonreía con una broma o chiste, que miraba a su hermana a los ojos y ya se entendían, esa que se desvivía por su abuelo, esa que no era ni negativa ni positiva, simplemente barajaba kas opciones para saber en cual posicionarse, esa que pisaba fuerte sin temor a caerse porque sabía de sobra que alguien la sostendría, e incluso si fuese necesario la levantaría, esa que se acostaba las noches rezando para que su imprescindible permaneciese con ella día tras día, esa que podía presumir de inocencia, esa que con demostrarle lo más mínimo daba la cara por ti, esa que prefería llevar el corazón en la mano en lugar de llevarlo en el pecho...

Sé que el tiempo fue el causante de mi cambio y quizás era necesario visto en la sociedad en la que nos encontramos,  caracterizada, entre otras cosas, por la rivalidad e hipocresia, pero qué lástima que tengamos que modificar rasgos o incluso valores poseídos por el simple hecho de evitar ser heridos.
¿No crees?


 

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