Hoy me vino a la mente tu recuerdo.
Y con él, la tristeza.
No sé si pensarás en mi.
Si alguna vez te preguntas qué tal me va.
Hace tiempo quise escribirte.
Y lo hice.
Pero jamás saqué el valor necesario para
ponerle un sello nacional.
Reconozco que me acojoné.
Y con la carta más sincera del mundo en mis
manos, volví a casa.
Quizás de aquella manera hubiera sido capaz
de cerrar esa etapa.
Pero en el fondo sabía que si lo hacía,
aquello sería un punto y final,
y yo contigo siempre quise unos puntos suspensivos...
Pilar Pascual del Riquelme
No hay comentarios:
Publicar un comentario